He llegado a comprender, que nadie en este mundo es libre, nadie, absolutamente nadie lo es. Todas las personas somos esclavos de nuestros sentimientos y pensamientos.Además de serlo también de nuestros silencios y comportamientos. Jamás podremos actuar con libertad, aunque nosotros creamos que sí. Aunque tengamos el mundo en nuestras manos, aunque no dependamos de nadie, aunque creamos que no nos importan los demás. Siempre tendremos esas cadenas que pocas veces se desaflojan, solamente durante unos escasos segundos, para sentir que rozamos la libertad. Pero no te preocupes, no hace falta ser un pájaro, ni tener alas, para poder volar cuando te sientas como en una jaula encerrado y sin libertad.
Solo hace falta vivir con intensidad cada segundo y no perder el tiempo.
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