Dicen que hay cosas que uno no puede elegir en el momento en el que nace : su nombre y su familia. 
También he escuchado algunas cosas acerca de la suerte, unos dicen que la suerte no existe, y no se molestan en averiguar lo contrario, y también los hay de los que dedican la mayor parte de su vida en buscarla por que no les queda otra que confiar en ella. Muy pocos son los afortunados que pueden afirmar que han nacido con suerte. Y yo soy una de ellas. Los que nacemos con esta virtud solemos carecer de otra muy importante: saber apreciar lo que tenemos. Ya sabes, por esto de que nos confiamos y pensamos que la suerte nos acompaña en todo momento.La experiencia y la madurez son las únicas que se encargan de abrirnos los ojos, aunque no todo el mundo puede decir lo mismo, incluso muchos nunca descubrirán lo afortunados que son.
Ahora bien , la suerte no significa que todo lo que venga con ella tenga que ser bueno. Hace falta conocer lo que es la tristeza para saber qué es la alegría , conocer el dolor y el sufrimiento para saber qué es la esperanza y el bienestar, hay que saber qué es llorar para alcanzar la risa más sincera y hace falta saber qué es querer para saber qué es echar de menos a alguien.
Tengo suerte de echaros de menos